24 de Julio – Enfrentarse al dolor

¿Cómo se enfrenta usted al dolor? Me temo que la mayoría de ustedes lo hace de una manera muy superficial.
Nuestra educación, nuestra enseñanza, nuestro conocimiento, las influencias sociológicas a las que estamos
expuestos, todo nos torna superficiales. Una mente superficial es la que escapa acudiendo a la iglesia, a alguna
conclusión, a algún concepto, a alguna creencia o idea. Todos esos son refugios para la mente superficial que
sufre. Y si no podemos encontrar un refugio, construimos un muro alrededor de nosotros y nos volvemos cínicos,
duros, indiferentes, o escapamos hacia alguna fácil reacción neurótica. Todas estas defensas contra el sufrimiento
impiden una futura investigación […].
Por favor, observe su propia mente, observe cómo justifica sus sufrimientos, cómo se absorbe en el trabajo, en
las ideas, o se aferra a una creencia en Dios o en una vida futura. Y si ninguna explicación, ninguna creencia ha
sido satisfactoria, escapa a través de la bebida, del sexo, o volviéndose cínico, duro, amargo, irritable […].
Generación tras generación, ello ha sido transmitido por los padres a sus hijos, y la mente superficial jamás quita
el vendaje de esa herida; de hecho, no conoce el dolor, no está realmente familiarizada con él. Tiene tan sólo una
idea acerca del dolor. Tiene una imagen, un símbolo del dolor, pero jamás se enfrenta al dolor; sólo se enfrenta a la
palabra dolor.

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