Estoy seguro de que todos hemos tratado de dominar la ira, pero por alguna razón ésta no parece disolverse.
¿Existe una manera diferente de abordar la disipación de la ira?… La ira puede brotar por causas físicas o
psicológicas. Uno está enfurecido, quizá, porque se siente contrariado, se han derrumbado sus reacciones
defensivas, o la seguridad que uno ha elaborado cuidadosamente se ve amenazada, etc. Todos estamos
familiarizados con la ira. ¿Cómo puede uno comprenderla y disolverla? Si usted considera que sus creencias, sus
ideas y opiniones son de la mayor importancia, entonces está forzado a reaccionar violentamente cuando se las
cuestiona. Si en vez de aferrarse a las creencias y opiniones, empieza a cuestionarlas y se pregunta si son
esenciales para su comprensión de la vida, entonces, gracias a la comprensión de las causas de la ira, ésta llega a su
fin. De ese modo, uno comienza a disolver sus propias resistencias, que originan conflicto y dolor. Esto requiere, a
su vez, gran seriedad. Estamos acostumbrados a controlarnos por razones sociológicas o religiosas, o por
conveniencia, pero para erradicar la ira se necesita una profunda percepción alerta […].
Usted dice que siente ira cuando oye acerca de las injusticias. ¿Es porque ama a la humanidad, porque es
compasivo? ¿Residen juntas la compasión y la ira?
¿Puede haber justicia cuando hay ira, odio? Usted quizá siente ira al pensar en la injusticia y crueldad general,
pero su Ira no altera la injusticia ni la crueldad; sólo puede causar daño. Para generar orden, usted mismo debe ser
serio, compasivo. La acción nacida del odio sólo puede crear más odio. No puede haber justicia donde hay ira. La
justicia y la ira no pueden vivir juntas.