Sobre el tema de las “JORNADAS IBÉRICAS DE TEOSOFÍA de 2025”
LA FRATERNIDAD: ¿UTOPÍA O EL DÍA A DÍA?
«El primer objetivo de la Sociedad Teosófica nos propone formar un núcleo de la Fraternidad Universal de la humanidad, sin distinciones. Sin embargo, nuestras relaciones humanas suelen ser complicadas y muchas veces surgen conflictos que nos hacen preguntarnos si este primer objetivo es un ideal alcanzable en nuestra actividad diaria o es una utopía bonita con pocas posibilidades de éxito». STE.
Con cierta frecuencia se confunde fraternidad con amistad, pero, la Fraternidad a que hace referencia el primero de los objetivos de la Sociedad Teosófica no tiene que ver con la amistad.
Es bueno tener amigos. Podemos tener amistad con una persona o tal vez con muchas, pero ello implica que aquellas personas con las que mantenemos una relación de amistad también nos consideran sus amigos. La amistad es una relación de reciprocidad. El resto de seres humanos no son nuestros amigos, por lo que debemos descubrir en qué estado de relación, respecto a nosotros mismos, les tenemos: “Respeto, consideración, empatía, o, indiferencia, desprecio y tal vez, odio”.
Uno de los Maestros ha dicho: “Ningún hombre es mi amigo, ningún hombre es mi enemigo, todos son mis hermanos”.
Esta es una indicación muy clara de que, para que un ser humano tenga por hermanos a todos los seres, no es necesaria la reciprocidad y ese ser es entonces verdaderamente fraterno. Pero, debemos antes disolver en nosotros todas las separatividades.
En su tiempo había muchas personas que conocían la existencia de los Maestros de la Sociedad Teosófica y algunas los conocieron directamente, podríamos afirmar sin lugar a equivocarnos que no todos ellos tenían por hermanos a los Maestros, seguramente hubo muy pocos que llegaron a ese estado de Conciencia, aunque no podamos afirmar quienes sí o, quienes no.
La Fraternidad Universal es un hecho en la Naturaleza.
En un ser humano se realiza cuando, habiendo disuelto en si todos los caracteres separativos de su naturaleza, alcanza un elevado desarrollo de su Conciencia y, entonces, se “adhiere al Núcleo de la Gran Fraternidad”.
Cuando esto sucede, queda al mismo tiempo unido a otros hermanos que están en su mismo estado de Conciencia.
No importa la distancia física que pueda haber entre ellos, ni tampoco que en el Plano físico no se conozcan pues, para la Conciencia no hay distancia alguna y por lo tanto forman pequeños núcleos de Fraternidad Universal, unidos entre sí, ensartados como en una red de hilos y unidos al Núcleo Mayor.
¿Es alcanzable este objetivo?, pregunta el enunciado.
¿Son obstáculos las complicadas relaciones humanas?
Insisto. Uno debe elegir desintegrar de su propia naturaleza todas las barreras de separatividad, que hay en su constitución personal. No las de otras personas, no las del mundo, sino las de sí mismo.
Esto debe quedar claro porque acostumbramos a decir que la sociedad nos tiene “condicionados”, manteniendo nuestra mente anclada en esta idea.
Los condicionamientos afectan a las personalidades, pero no tanto como solemos creer. Muy probablemente haya pocos condicionamientos que, desde la personalidad, afecten a la Conciencia. ¿Acaso los agentes externos nos obligan a efectuar actos que degraden la Conciencia? Si tal cosa ocurriese, deberíamos decir NO ante ello, manteniéndonos firmes en la más elevada Ética. ¿Somos capaces de ello?
Realmente no se puede ser “un poco fraternal” o “fraternal con algunos, pero no con otros”.
O se es Fraternal con todos los seres y con todas las cosas, o no se es. La elección corresponde tomarla con firme decisión.
La Teosofía nos brinda todas las herramientas necesarias para realizar la Auto-Transformación. Entonces contribuiremos a un Mundo mejor.
Con ese Amor que, desde el comienzo de todos los tiempos, alienta eternamente en todos los Seres y en todas las cosas.
Un abrazo muy grande a todos.
Clarisa Elósegui