Comprender lo real
En realidad, esto no es complejo, aunque pueda resultar difícil. Vea, nosotros no comenzamos con lo real, con
el hecho, con lo que estamos pensando, haciendo, deseando; partimos de suposiciones, o de ideales, que no son
realidades, y as’ nos extraviamos. Para partir de hechos y no de suposiciones, necesitamos una profunda atención, y
toda forma de pensar que no se origina en lo real es una distracción. Por eso es tan importante comprender qué está
ocurriendo tanto dentro como alrededor de uno.
Si uno es cristiano, sus visiones siguen cierto patrón; si es hindú, budista, musulmán, siguen un patrón
diferente. Uno ve a Cristo o a Krishna conforme a su condicionamiento; la educación que usted ha recibido, la
cultura en que se ha desarrollado determinan sus visiones. ¿Cuál es la realidad, el hecho: la visión o la mente que
se ha formado en cierto molde? Las visiones son la proyección de la tradición particular que ha venido a constituir
el trasfondo de la mente. Este condicionamiento, no la visión que él proyecta, es la realidad, el hecho. Comprender
el hecho es sencillo; pero se hace difícil debido a nuestros agrados y desagrados, a nuestra condena del hecho, a las
opiniones o los juicios que tenemos acerca del hecho. Estar libres de estas diversas formas de evaluación es
comprender lo real, lo que es.
