La verdad no se acumula
En tanto exista el experimentador recordando la experiencia, la verdad se halla ausente. La verdad no es algo
que pueda recordarse, almacenarse, registrarse, y después sacarse a relucir. Lo que se acumula no es la verdad. El
deseo de experimentar crea al experimentador, quien entonces acumula y recuerda. El deseo contribuye a que el
pensador se separe de su pensamiento; el deseo de devenir, de experimentar, de ser más de esto o menos de
aquello, sirve para crear división entre el experimentador y la experiencia. La percepción inteligente acerca de las
modalidades del deseo es conocimiento propio. El conocimiento propio es el principio de la meditación.