Usted y la nada son una sola cosa
Usted es nada. Puede tener su nombre y su título, su propiedad y su cuenta bancaria, puede tener poder y ser
famoso; pero a pesar de todas esas salvaguardas, usted es nada. Quizás esté por completo inconsciente de esta
vacuidad, de esta nada, o quizá no quiera tomar conciencia de ella; pero ella está ahí, haga usted lo que hiciere
para evitarlo. Puede intentar escapar de maneras tortuosas, mediante la violencia personal o colectiva, el culto
personal o colectivo, el conocimiento, las diversiones; pero ya sea que esté dormido o despierto, esa nada está
siempre ahí. Usted puede descubrir su relación con esta nada y el miedo que la acompaña únicamente si está alerta,
sin opción alguna, a los escapes. No tiene relación con ella como si usted fuera una entidad separada, individual;
no es el observador que la observa; sin «usted», el pensador, el observador, ella no existe. Usted y la nada son una
sola cosa, son un fenómeno conjunto, no dos procesos separados. Si usted, el pensador, siente miedo de la nada y
la aborda como algo contrario que se opone a usted, entonces cualquier acción que pueda emprender a su respecto
debe conducirle inevitablemente a la ilusión y a más conflicto y desdicha. Cuando descubre y experimenta que esa
nada es usted, entonces el miedo -que existe sólo cuando el pensador esta separado de sus pensamientos y trata de
establecer una relación con ellos- desaparece completamente.