Aunque ilegal, el trabajo infantil es habitual en la industria de la seda. Atados a sus empleadores a cambio de un préstamo a sus familias, niños de tan sólo 5 años son obligados a trabajar 12 horas al día durante 6 días a la semana.
No se trata sólo de explotación humana, se matan 1500 crisálidas para producir sólo 100 gramos de seda.