LA CRISIS REAL (I) J. Krishnamurti

La crisis del mundo actual es de naturaleza extraordinaria; probablemente haya habido pocas catástrofes similares en el pasado. La crisis actual no es el tipo habitual de desastre, que ocurre tan frecuentemente en la vida del hombre. Este caos abarca todo el mundo; no es Hindú o Europeo, pues alcanza todos los rincones del mundo.  Fisiológica y psicológicamente, moral y espiritualmente, económica y socialmente hay desintegración y confusión. Estamos en el borde del precipicio, discutiendo por nuestros mezquinos asuntos. Pocos parecen darse cuenta del carácter extraordinario de esta crisis mundial, lo profunda y extensamente perturbadora que es. Algunos, dándose cuenta de la confusión, se apresuran, al borde del precipicio, a modificar su modelo/estilo de vida, y confusos como están, solo aportan más confusión.

Esta catástrofe no nos ha llegado por  azar o casualidad; la hemos creado cada uno de nosotros –con nuestras actividades cotidianas de envidia y pasión, de codicia y ansia de poder y dominio, de competencia y crueldad, de valores prácticos/sensatos e inmediatos. Nosotros somos los responsables de esta espantosa miseria/sufrimiento y confusión, no otro, sino tú y yo.  Porque tú eres irreflexivo/desconsiderado, inconsciente, envuelto en tus ambiciones, sensaciones y sus objetivos o búsquedas, envuelto en esos valores de gratificación inmediata, tú has creado este inmenso desastre global….Tú eres responsable de este caos, no algún grupo determinado, no cualquier otra persona, sino tú.

¿Por qué el hombre, que ha vivido durante miles y miles de años, ha llegado a este grado de sufrimiento y conflicto?…Si dejas a un lado  la explicación fácil de la superpoblación, falta de moralidad—que acompaña al avance tecnológico y a la falta de comunicación directa–¿Cuál es entonces la razón fundamental, la causa fundamental de este sufrimiento?  Como puede ser que, en un país como éste (India) con toda su tradición de bondad, amabilidad, respeto a la vida/no matar, de no ser brutal…por qué y desde cuando ha empezado todo a ir mal?

Porque en la antigüedad había un conjunto de personas, libres de ambición y autoridad, de las ataduras de la codicia y de mala voluntad, que contribuyó a proteger la sociedad de la degradación espiritual y moral. Cuanto mayor fuera este grupo, mayor sería la seguridad de la sociedad, del Estado y, por esta razón, sólo uno o dos países, como la India, han sobrevivido. Puesto que hay muy poca gente que no esté atrapada en el desorden/confusión del mundo, estamos en una crisis extraordinaria.

Está el dolor/sufrimiento de la enfermedad, el sufrimiento que siente el hombre en completo aislamiento. Está el sufrimiento de la pobreza, cuando vemos a todas estas personas  pobres, ignorantes, sin esperanza. Está el dolor de ver a todos los animales del mundo siendo sacrificados, destruidos, masacrados en laboratorios.

Es extraño que tengamos tan poca relación con la Naturaleza. No parece que experimentemos nunca sentimientos por todos los entes vivos de la Tierra. Si pudiéramos establecer una relación profunda, constante con la Naturaleza, nunca mataríamos un animal por gusto/capricho; nunca dañaríamos, ni viviseccionariamos un mono, un perro, un cerdo de guinea  en beneficio propio.  Encontraríamos otras formas  de curar nuestras heridas, nuestros cuerpos. Pero sanar la mente es algo completamente distinto, que se produce gradualmente, si estamos con la Naturaleza.

Cuando perdemos contacto con la Naturaleza, perdemos contacto entre nosotros. Cuando se pierde el contacto con los pájaros, con la tímida codorniz, entonces pierdes contacto con tu hijo, con el vecino de enfrente. Cuando matas un animal para comerlo, estas cultivando la insensibilidad, que matará a otro hombre al otro lado de la frontera. Cuando pierdes contacto con el enorme movimiento de la vida, pierdes toda relación. Entonces tú—tu ego con todas sus imaginarias  ansias, exigencias, y deseos—se convierte en lo más importante, y la separación entre tú y el mundo se ensancha con interminables conflictos.

Cuando miras a tu alrededor, no tanto en el mundo de los humanos, sino en la Naturaleza o en los cielos, percibes una extraordinaria sensación de orden, equilibrio y armonía. Cada árbol y cada flor tiene su propio orden, su propia belleza; cada colina y cada valle tiene sentido de su propio ritmo y estabilidad.  Aunque el hombre intenta controlar el rio y contamina sus aguas, estas siguen con su propio fluir y su propio movimiento de largo alcance.  El hombre aparte, en los mares, en el aire y en el vasto espacio de los cielos hay una extraordinaria sensación de pureza  y de existencia ordenada. Aunque la zorra se come la gallina, y los animales de mayor tamaño se alimentan de los pequeños, lo que parece una crueldad, es una muestra de orden en este universo, excepto para el hombre.  Sin la intervención del hombre, hay  una gran belleza de equilibrio y armonía.

La crisis está ahí. La crisis no está en el mundo, no es la guerra nuclear, no son las terribles divisiones y brutalidades que se están produciendo.  La crisis está en nuestra consciencia, la crisis es lo que somos, en lo que nos hemos convertido.

Por tanto, lo importante….es el autoconocimiento.  Sin comprenderse uno mismo, no puede haber orden en el mundo; sin explorar el proceso completo del pensamiento, sentimientos, y acciones en uno mismo, posiblemente no pueda haber paz, orden y seguridad en el mundo.  Por lo tanto, el estudio de uno mismo es de importancia primordial, y no constituye una vía de escape.   (continuará)

The Theosophist, Agosto 2020.

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