I- Meditación sobre la virtud
c) Visualizándonos a nosotros mismos como la encarnación de la virtud
14. Una de mis formas favoritas, porque yo era muy irritable cuando era joven, era hacer de mí la encarnación de la paciencia; ustedes nunca vieron a una persona así de santa en meditación; cualquier cosa que pudiera haber sido fuera de la meditación durante el día, ¡yo era absoluta, completa y perfectamente paciente en ese momento! Luego hacía aparecer mentalmente a mi alrededor a todas las personas más desagradables y provocadoras que conocía, y aumentaba su poder de provocación tanto como yo incrementaba mi propio poder de paciencia, y así hacía un pequeño drama mental en el que me provocaban en toda forma posible, y yo respondía como una Griselda moderna. Después de un tiempo, cuando encontraba a la gente, veía que su poder de provocación había desaparecido. ¿Por qué pensaba que esa persona era tan molesta? me preguntaba. Descubrí́ que, inconsciente y gradualmente, había establecido la paciencia como una parte permanente de mi carácter. Cualquiera de ustedes puede hacerlo.
ANNIE BESANT
