H.P. BLAVATSKY
Publicado originalmente en “The Theosophist” de Noviembre 1887
Sugeriría a todos en general, que tomaran en seria consideración las metas verdaderas y genuinas del conocimiento; que no lo busquen por placer, satisfacción, desdén hacia otros, lucro, fama, honor, promoción o metas análogamente adulteradas e inferiores; sino por mérito y por los frutos de la vida, así que puedan regular y perfeccionar el conocimiento en la caridad. Bacon
En este artículo no me propongo enseñar a los Brahminos eruditos los misterios de su filosofía religiosa; sino que trataré algunos tópicos extraídos de la Cábala Universal. Los Brahminos, una vez entablados argumentos polémicos, son un adversario difícil. Si uno tiene una cabeza, en lugar de una enciclopedia pletórica de citas, cifras, números y versos esparcidos a lo largo de un océano de páginas, tales polémicas serán más dañinas que lltiles. Cada contrincante se encontrará con el mismo número de adherentes a sus conceptos que tenía al principio; ya que ninguno de los dos convencerá a un solo hombre del partido opuesto.
Repitiendo las palabras de Sir T. Browne: «no envidio a nadie que sepa más que yo, sin embargo siento lástima por los que saben menos», trataré cuestiones con las cuales estoy profundamente familiarizada y para avalarlas mencionaré autoridades fidedignas. Habiendo estudiado la Cábala durante casi 40 años, se me puede permitir que considere el Zohar como un terreno legítimo sobre el cual erguirme. Lo siguiente no será una discusión, sino simplemente algunas declaraciones de hechos. A fin de oponer nuestra doctrina septenaria, los contrincantes han presentado cuatro nombres y cuatro enseñanzas de la Cábala.
1. Se nos dice que el Tetragrammaton «se interpone a la unión final con el Logos»; porque su «constitución» mística: «según la representa el Tetragrama sagrado, carece de una base septenaria.»
2. «Según una de las direcciones más antiguas de la arcaica religión-Sabiduría: el macrocosmos (1) debería interpretarse de conformidad con el plan revelado por Malkuth.»
3. (a) «Shekinah es un poder andrógino» y (b) «debería aceptarse como un guía en la interpretación de la constitución del microcosmos.»
4. «La forma masculina (de Shekinah) es la imagen del hombre visto en el misterioso trono en la visión de Ezequiel.» (2)
Temo que ninguna de las declaraciones anteriores sea correcta, sintiéndome obligada a decir que cada una de ellas es completamente errónea. La autoridad de la cual me valdré para demostrar esto, son los tres libros principales del Zohar: «El Libro del Misterio Escondido» y las dos «Asambleas» la «Mayor» y la «Menor». También, recurriré a la Cábala de Knorr von Rosenroth, (3) el «Sepher Jetzirah» con sus comentarios yel «Asch Metzareth», el cual porta en sí una clave del simbolismo cabalístico, todos complementados con varios códices.
Un axioma, cuyo eco resuena desde la antigüedad más arcaica, nos enseña que el primer paso hacia el conocimiento es: saber y confesar que somos ignorantes. Debo haber dado este paso porque estoy plenamente consciente de mi supina ignorancia en muchas cosas y confieso que es muy poco lo que conozco; sin embargo, lo que sé, lo sé de verdad. Quizá, si fuese más sabia, debería contentarme con conocer lo poco que sé, porque:
«Si la ignorancia es la maldición de Dios», según Shakespeare, demasiado «conocimiento, cuando la sabiduría es muy débil para guiarlo, es como un caballo terco que desensilla al caballero [. . .]»
En este caso particular, no tengo miedo a que se me desensille.
Me atrevo a decir que es casi imposible, teniendo a mi alcance el Zohar y sus 170 pasajes de referencias y varios centenares de comentarios y escolios sólo sobre el verdadero sentido del Tetragrammaton. Sin embargo, como no hay «individuo que lo sepa todo,» errar es humano. Además: dado que nadie, según lo que sé, ha alcanzado, entre nosotros, la posición gloriosa de un Buda omnisciente o de un Sankaracharya, me parece justo comparar nuestras notas y develar lo que es legítimo develar.
Por lo tanto, trataré de mostrar la verdadera naturaleza del «Tetragrammaton», enseñando que sus cuatro letras son un simple glifo, una máscara para ocultar, metafísicamente, su conexión y relación con los mundos superiores e inferiores. No expresaré nada de mis especulaciones o conocimiento, siendo mi propiedad personal, el fruto de mis estudios, con el cual el público no tiene nada que ver. Me limitaré a mostrar lo que el Tetragrammaton es, según el Zohar y según me explicó un rabino judío iniciado en Palestina y hecho muy claro a cada Cabalista adelantado.
1. En la Cábala, al Tetragrammaton se le llama con varios nombres. Es IHVH, el Microprosopus, para distinguirlo de AHIH, el Macroprosopus. Es la Cara Menor, un reflejo (empañado por la materia o Malkuth, su esposa, la madre tierra), de la Cara «Más Amplia» o mejor dicho «Ilimitada». Por lo tanto, es la antítesis del Macroprosopus. Sin embargo: ¿quién o qué es el Macroprosopus mismo?
2. No es «Ain-Soph», lo Inexistente o el No-Ser, así como no es el Tetragrammaton; ya que ambos AHIH y IHVH son glifos de la existencia, símbolos de la vida terrenal- andrógina y también masculina y femenina. Por lo tanto, ambos están mezclados con Malkuth, H-eva, «la madre de todo lo viviente» y , en nuestras percepciones espirituales, no puede confundirse con EHEIEH, la Esencia Absoluta una o «Seidad», según algunos, aunque los Rabinos se han prodigado mucho para que el velo recaiga sobre su dios exotérico. Son reflejos de Ain-Soph, el Parabrahmam hebraico; ya que Ain-Soph es negativo, mientras AHIH y IHVH son la vida positiva y efectiva, por lo tanto, son Maya o Ilusión. Una clara prueba de esto se encuentra en su presencia dual en la cruz, el símbolo fálico más antiguo, como muestra la pag. 31 del libro «La Cábala Develada.» (4)
3. En la Cábala hay dos «‘Tetragrammaton» o mejor dicho: el Tetragrammaton es dual y, podríamos decir, que es hasta triple, cuádruple y septenario. Llega a ser nueve y trece sólo hacia el final, cuando el «trece» o la Unidad destroza al septenario simbolizado por los «Siete Inferiores», cuyos siete son «los siete reyes de Edom» (cuando se alude a las razas); mientras son los siete «Sephiroth inferiores» cuando se hace referencia a los principios humanos. El primer Tetragrammaton es el uno eternamente oculto: el Padre; él mismo una emanación de la luz eterna y, por lo tanto, no es Ain-Soph. No es la Tetraktis cuadrisílaba, sino sólo el Cuadrado, por así decirlo, en una superficie llana. Es la figura geométrica ideal, formada por cuatro líneas imaginarias, el símbolo abstracto de una idea abstracta o cuatro líneas «matemáticas» que circunscriben un espacio «matemático» que «equivale a nada que encierra a nada»; según nos dice el Doctor Pratt, hablando del triángulo en su libro: «Nuevos Aspectos de la Vida». Un Fantasma velado con cuatro alientos. Esto es todo, en lo que concierne al «Padre», Macroprosopus- Tetragrammaton. Consideremos el próximo.
4. Microprosopus-Tetragrammaton, el «Hijo» o el «Logos», es el triángulo en un cuadrado; el cubo septenario o, según lo muestra R. Skinner, una vez que el cubo con seis caras se desdobla sobre una superficie llana, se convierte en la cruz dividida en siete, cuando el andrógino se separa en sexos opuestos. (5)
Según un comentario de «La Doctrina Secreta»:
«El círculo emana una luz que se convierte, en nuestra visión, en cuadrangular; desdoblándose y llegando a ser, luego, siete.»
En este caso, el círculo es la primera sephira, «kether» o la corona, el Risha Havurah o la «cabeza blanca» y el «cráneo superior.» [En el mundo fenoménico no es ilimitada, sino temporal]. Emana los dos Sephiroth inferiores (Chokmah y Binah, que son «Padre- Madre), formando así el triángulo, la trinidad primera o superior del Arbol Sephirothal. Este es el uno o la mónada pitagórica. Sin embargo, emanó de los Siete Elohim, masculinos y femeninos, denominados el «Padre-Madre Superior». Estos son, también, los reflejos del Espíritu Santo Femenino. acerca del cual el «Sepher Jezirah» dice: «Uno es Ella, el Elohim de la vida» (6) Estos números (7) de la Cábala judía aun distan mucho del Ain Soph, el Todo; ya que, en realidad, son simplemente números y glifos secretos. Microprosopus es el cuarto.
Que se consulte la Lámina IV de «La Cábala Develada», dibujada por Mathers. Que se hojee las «Formas Simbólicas Deificadas», colocadas en sus relaciones con los cuatro mundos cabalísticos y se constatará que el «Tetragrammaton» o Microprosopus, la «Cara Menor», es la cuarta. Para una explicación más clara, he copiado una pequeña porción del diagrama.
Las cuatro letras del Tetragrammaton
I Yod
H el He Supremo V Vau
H el He Inferior
Los Sephiroth Macroprosopus
El Padre
La Madre Suprema Macroprosopus
La Esposa del Tetragrammaton o Malkuth
Los Cuatro Mundos
Atziloth Mundo Arquetípico
Briah Mundo Creador Yetzirah Mundo Formador Asiah Mundo Material
Por lo tanto, se deduce que el tetragrama no es el Macroprosopus o Kether, la corona de los números y, siendo la cabeza blanca o el cero (0), la cifra, (8) no es Ain-Soph, sino sólo su reflejo universal o luz. Es simplemente el Espacio, lo ilimitado y lo inescrutable, el terreno supremo en el cual se agazapan las ideas arquetípicas o las formas del todo y de donde nace la Raíz del Kosmos, el Arbol universal de la Vida en el mundo creador. El tronco de este «árbol» son «el padre y la madre, el segundo y el tercer Sephiroth o Chokmah y Binah», respectivamente: Jehová y «Jehová-Elohim.» (9)
5. «El Padre-Madre» pertenece al mundo creador porque ellos son los que crean: son el material bisexual, la esencia de la cual el «Hijo», (el universo) es formado. Este hijo es Microprosopus o Tetragrammaton. ¿Por qué es el símbolo cuadrisílabo? ¿De dónde procede el aspecto sagrado de esta Tetraktis? ¿Es el nombre inefable o, de alguna manera, está relacionado con el nombre impronunciable? No vacilo en contestar de forma negativa. Es simplemente un velo, un símbolo para mejor ocultar la constitución septenaria del ser humano, su origen y los varios misterios relacionados con el Microprosopus. Su nombre, el Tetragrama, está compuesto por cuatro letras, sin embargo: ¿cuál es su sentido esotérico secreto?
Un cabalista no vacilará en contestar: «léanlo numéricamente, calculen las cifras y los números; y lo sabrán.»
Ahora bien: «Tetragrammaton» es Padre-Madre y el «Hijo» en uno. Es Jehová, cuyo nombre se escribe IHYH y cuyas letras, leídas simbólicamente, según el método revelado durante la Cuarta iniciación, (10) tendrán una interpretación doble. Consta de dos letras masculinas (I y Y) y dos caracteres femeninos (dos H, he) o la H «superior» e «inferior». La primera es la «madre suprema» o «el Jehová femenino representado por Binah»; la otra es la «H inferior» o el décimo Sephiroth, Malkuth, la base de la materia. En la prensa es imposible revelar la primera interpretación, cuando se escribe AHIH, sólo se puede decir que, exotéricamente, está relacionado con el «Yo soy El que soy» y con Eheieh «la Seidad Absoluta o Sat.»
Tiene doce claves de lecturas distintas y cada frase es simbolizada por un signo zodiacal. Todas estas transposiciones se refieren al misterio del ser o de la existencia como concepción abstracta.
Sin embargo, IHYH, el Tetragrammaton del mundoformador y el esposo de la «Esposa», cuyo reino es Asiah o materia, aunque su explicación sea simple, es más difícil transcribirlo, no por su aspecto sagrado, sino por su indecencia. Para un simbolismo claro de las cuatro letras I, H, Y, H, consulten la página 10 del libro «La Fuente de las Medidas» del señor R. Skinner (versión inglesa). Los hindúes lo ven diariamente en su Linghas y Yonis. Es Jehová-Tzabaoth, el Elohim Septenario ocultado en el Santo de los Santos, el Argha o el Arca de Noé.
Por lo tanto, (véase la Lámina K en «La Cábala Develada»), es el Séptimo Sephiroth entre el septenario «superior»; así como Malkuth es el séptimo de entre el Sephiroth «inferior».
Microprosopus es la tercera letra V (Vau) y se le llama tetragrama, sólo porque es una de las cuatro letras que abarca a todos los nueve Sephiroth, pero no a Sephira. Es el septenario secreto que hasta la fecha ha permanecido oculto y ahora se ha develado cabalmente. A Netzach, el séptimo Sephiroth, cuyo nombre exotérico es: «firmeza y victoria»; mientras el esotérico es algo más, se le llama con su nombre Divino, Jehová Tzabaoth, en los diagramas que presentan las relaciones de los Sephiroth con los diez nombres divinos, los diez arcángeles, sus diez órdenes, los planetas, los demonios y los diez archidiablos.
Agregaremos que este Jehová Tzabaoth corresponde con Haniel (la vida física humana), el Elohim andrógino, con Yenus-Lucifer, Baal y, finalmente, con la letra Vau o Microprosopus, el Logos. Todos estos pertenecen al mundoformador.
Todos son septenarios y están asociados con la formación polifacética y la Materia, su «esposa», la cual es la «madre inferior», Aima, «la mujer con niño» del capítulo doce de la Revelación, perseguida por el gran Dragón (de la sabiduría).
¿Quién es el Dragón? ¿Es el diablo Satán, según nos enseña a creer la iglesia? Ciertamente no. Es el Dragón de la Sabiduría Esotérica el cual se opone al niño nacido de la «mujer» (el universo); ya que este niño es su humanidad y, por ende, la ignorancia y la ilusión. Sin embargo, Miguel y sus ángeles o Jehová Tzabaoth (la «Hueste»), que rechazaron crear, análogamente a los siete hijos de Brahma, nacidos de la mente y desapegados, porque aspiran encarnarse como seres humanos para llegar a ser superiores a los dioses, luchan contra el Dragón, lo conquistan y el niño de materia nace. Así, el «Dragón» de la sabiduría esotérica ¡recae en la oscuridad! (11)
Por lo tanto, aunque no tengo la más mínima objeción a que algún místico quiera unirse con el Logos llamado «Tetragrammaton» o Microprosopus, personalmente prefiero, sobre principios generales, una unión con Macroprosopus, por lo menos en este ciclo de encarnación. Después de que, con el auxilio del «Número Perfecto», espero ver la luz suprema reducir en cenizas no sólo a mis «siete inferiores» (12) (el Microprosopus), sino también a la apariencia de los trece en la unidad que «libran guerra contra los siete» y, junto con ellos, al cuadrado Macroprosópico. Como la letra Yod, en el sendero de la novena Sephira, tiene un significado claramente fálico, no quiero unirme con el septenario inferior, ni con el Jehová de siete letras, prefiriendo enfocar mi fe en «Ain Soph» puro y simple; de otra manera: ¿por qué dejar el seno de la iglesia ortodoxa? Más valdría unirnos con el «Ejército de la Salvación» y cantar: «Sangre, sangre» todo el día. El «Logos» que nosotros reconocemos, no es el Tetragrammaton, sino la Corona, Kether, que no tiene ningún nexo con el plano material, ni con el Macro o el Microprosopus; pero está relacionado sólo con el mundo pro-arquetípico. En efecto, según se dice:
«Mediante gematria, AHIH equivale a IHV sin la H, el símbolo de Malkuth, la Esposa
[. . . ] Ese tema de los cuatro Querubines está íntimamente relacionado con las letras del Tetragrammaton [ . . . ] Por lo tanto, Ellos representan los poderes de las letras del Tetragrammaton en el plano material [ . . . ] Los Querubines son las formas vivientes de las letras, cuyos símbolos zodiacales son Tauro, Leo, Acuario y Escorpión.» (Pag. 31, 32 y 33 de la Introducción a «La Cábala Develada»).
También se conoce lo que el simbolismo de estos cuatro animales representa, a su vez, «en el plano material.»
Tauro, a pesar de que se le llame el Toro de Siva, el Toro Apis egipcio, el «Toro» zoroastriano que Ahriman mató, es siempre un símbolo de la semilla de la vida, de la fuerza tanto generadora como destructora, mientras el Escorpión es el símbolo del pecado (en sentido sexual), del mal y de la muerte espiritual y es el cuarto número de Tetragrammaton o Malkuth.
«El misterio del ser terrenal y mortal está encerrado en el misterio del hombre supremo e inmortal [ . . . ]» El Tetragrammaton se encuentra en la forma corporal. «La cabeza es la (letra Yod), los brazos y las espaldas son como la H (suprema), el cuerpo es V y las piernas son representadas por el H (he) final.» («Cábala Develada» pag. 34).
En la «Escala del número Siete», el nombre de Dios es representado por siete letras. La escala es septenaria, a pesar de como uno la considere, desde el primer mundo original arquetípico, hasta el séptimo transitorio.
El «Arbol de la Vida» tiene siete ramas y siete frutas. En el «Libro del Misterio Oculto», Brashith, el mundo inicial del Génesis, es Sera sheth, «El creó los seis». De estos dependen todas las cosas que están abajo, (v. 10) todas las cosas son sintetizadas por Malkuth, el Séptimo, Microprosopus.
«Microprosopus es formado por seis Sephiroth, tres masculinos y tres femeninos.» (V. 67). A las extremidades del Tetragrammaton se les llaman los seis miembros de Microprosopus y 6 es el valor numérico de V (Vau), su letra.
Cuando ellos (los miembros) tocan la tierra, se convíerten en siete («Cábala Develada», pag. 32 verso 9 del Comentario XXII en «El Libro de los Números).
Todo «El Libro del Misterio Oculto» está pletórico de frases así. «El Microprosopus es séxtuplo [ . . . ]»; ya que lo componen seis Sephiroth que son llamados, con Malkuth, los siete inferiores. Estos miembros emanan de los primeros seis mundos (creativos) pronunciados. «Su séptimo principio es representado por el décimo Sephiroth [ . . . ] que es Eva en el sistema exotérico o la madre inferior [ . . . ]» Por eso, a la séptima semana, se le llama Milenio, Sabbath y también el séptimo reino.» («Libro del Misterio Oculto»). Los Cabalistas siempre diferenciaron, no sólo entre Ain-Soph, lo anumérico y lo Inconcebible, sino también, entre Microprosopus y el Tetragrammaton inferior, el «Hijo» y por lo tanto el Logos; ya que, en «La Asamblea Sagrada Mayor» se lee:
«(83) En lo concerniente a esto, los hijos de Israel quisieron conocer en sus mentes, así como está escrito» (Exodo XVII. 7). ¿Está el Tetragrammaton entre nosotros o el uno negativamente existente?» Aquí distinguieron entre el Microprosopus, al cual se le llama Tetragrammaton y el Macroprosopus, que es denominado «Ain, la existencia negativa» (pag. 121). Sin embargo, el «Yod del antiguo es escondido y oculto.» (73. Introducción).
(V. 1152) Hemos aprendido que había diez (compañeros, Sephiroth), quienes entraron en Sod (misterios de la creación) y que sólo siete salieron.
(V. 1158. ) Cuando el Rabino Shimeón reveló el Arcano, los presentes eran sólo esos (compañeros).
(V. 1159) El Rabino Shimeón los llamó los siete ojos del Tetragrammaton, así como está escrito, Zacarías, III., 9: «Estos son los siete ojos del Tetragrammaton.»
En la Biblia, la traducción de Tetragrammaton es: «El Señor»; hecho que muestra claramente que los cristianos han aceptado como su «Señor Dios», una cuarta emanación Sephirotal y la letra masculina «yau.»
¿Es acaso éste, el «Logos» al que todo iniciado debiera tratar de reunirse, como resultado último de sus esfuerzos? Más valdría que permaneciera en su cuerpo mortal septenario mientras que pueda.
Con respecto a los otros «obstáculos», han sido, también, declarados erróneamente. La «Imagen del hombre en el Trono» en Ezequiel, corresponde, en el esoterismo, con el mundo arquetípico, el mundo de Atziloth y no con Schekinah en Malkuth y Asiah, en el plano material; como le resultará evidente a cualquier persona que analice la visión cabalísticamente. En primer lugar, hay cuatro claras divisiones del simbolismo de la visión: la forma del hombre, el trono sobre el cual está sentado, el firmamento sobre las cabezas de las criaturas vivientes y las «criaturas vivientes» mismas, con su ophanim o ruedas. Estos corresponden, nuevamente, con los cuatro mundos Cabalísticos o planos mismos: Atziloth, el Arquetípico, la figura nebulosa del ser humano; Briah, el Creativo, el trono; Jetzirah, el Formativo, el firmamento; Asiah, el Material, las criaturas vivientes. Nuevamente, estos corresponden con las cuatro letras del tetragrama, así: el punto más elevado de Yod en IHVH, corresponde con la «imagen del hombre», la H (He) con el trono, la V (Vau) con el firmamento y la H final con las criaturas, (véase Lámina IX de «La Cábala Develada.)
La «figura del hombre» no es la «forma masculina de Shekinah.» Shekinah no «es un poder andrógino» (13) y, si algo debe ser, es asexual o femenino. Es la luz primordial que emana del Ain-Soph eternamente oculto. En el mundo arquetípico es Sephira, en el material y formativo se convierte en Shekinah, la vida y la luz latentes de este mundo inferior de materia, el «velo de Ain-Soph» y la «divina presencia» en el sendero de Malkuth, desde el mundo material a los mundos superiores. Es el Buddhi del cuerpo físico, el alma o chispa que arde en la vasija y después que ésta se ha quebrado, se funde en el séptimo (según el esquema teosófico) y en el primero o Macroprosopo, cabalísticamente; ya que es el primer rayo de lo escondido. (14)
El versículo 31 de «El Libro del Misterio Oculto», el (Sephra Dzeniuotha), expresa el plano revelado por Malkuth en el modo siguiente:
«El Arbol que es mitigado, reside en los cascarones. (Quiere decir que el Sendero hacia el Reino o Shekinah, que es el Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, que existe, en sí, desde el juicio es mitigado por el esposo mediante el flujo de la misericordia, porque el Reino domina sobre todas las cosas y sus pies descienden en la muerte). En sus ramas (los mundos inferiores), se alojan los pájaros que construyen sus nidos (las almas y los ángeles tienen su residencia). Abajo del Arbol, esos animales que tienen el poder, buscan la sombra (es decir los cascarones, Klipoth, ‘porque a éste toda bestia selvática se dirige.’ Salmo civ. 20).»
«Este es el árbol que consta de dos caminos hacia la misma meta (el bien y el mal, porque es el Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal). A su alrededor tiene siete columnas (los siete palacios), los cuatro esplendores (los cuatro animales), lo circunvalan (en cuatro ruedas) en sus cuatro lados (según la descripción del carro de Yechesgiel (Ezequiel).»
Este árbol tiene siete ramas (15) y, en cada cual, hay cuatro hojas y cuatro frutos. Además, se constata una analogía evidente entre los versos citados del «Sephra Dzenioutha» y el primero y cuarto capítulo del Apocalipsis; ya que las siete iglesias «de Asia» son idénticas con los «siete palacios» en Asiah o el lugar material septenario. En el primer capítulo, las siete estrellas situadas aliado derecho de la «figura», no son estas siete iglesias, sino sus siete claves y la palabra con doble sentido (andrógino) que sale de su boca es Yod de IHVH. Esta «figura» es el septenario «Tetragrammaton» la V (Vau). (16)
Esta figura es algo completamente diferente de la que encontramos en el trono en la visión de Ezequiel; ya que la figura en el primer Capítulo del Apocalipsis se halla en los planos de Jetzirah (el mundo de la formación, el medio ambiente de los ángeles que no quisieron crear), mientras la figura de Ezequiel, se encuentra en el plano de Atziloth y, en el cuarto capítulo del Apocalipsis, se describe como: «el que estaba sentado en el trono.»
Para que seamos dos personas a compartir el peso de lo susodicho, me he dirigido a Macgregor Mathers (uno de los Cabalistas ingleses más eruditos, aunque yo no avenga con todos sus conceptos; sin embargo, en esta cuestión, estamos en perfecto acuerdo). Nuestro hermano ha dado su gentil aquiescencia, expresando por escrito su opinión y aquí es como él distribuye el Arbol Sephirothal.
BINAH GEBURAH
HOD
KETHER
TIPHERETH YESOD MALKUTH
CHOKMAH CHESED
NETZACH
Aquí, la figura en el trono en la visión de Ezequiel se refiere a Kether; el trono a Chokhmah ya Binah, el mundo de Briah, cuyo nombre alternativo es Korsia, el trono. El firmamento es Microprosopo, constituido por los seis Sephiroth: Chesed, Geburah, Tiphereth, Netzach, Hod y Yesod. Ahora bien. Yesod es el sendero para entrar en Malkuth o el mundo material creado; Shekinah es la Presencia en Malkuth, la Presencia
Real; ya que Shekinah es femenina y no andrógina. El sello del Macrocosmos es la estrella con seis puntas, (17)
el emblema del Microprosopo, el Tetragrammaton, el Vau de IHVH, el cual se encuentra entre los siete portadores de luz de Malkuth, que son, nada más, que los siete últimos Sephiroth o los seis Sephiroth que componen a Microprosopo, agregando Malkuth como séptimo. (18)
Creo que nada podría estar más claro. A pesar de las especulaciones y las interpretaciones trascendentales y metafísicas que, obviamente, pueden satisfacerse con la Tetraktis en el plano del mundo Arquetipo, pero, una vez que descendemos en el mundo del Astral y del fenoménicamente oculto, no podemos tener menos que siete principios sobre los cuales basamos. He estudiado la Cábala bajo dos Rabinos eruditos, uno de los cuales era un iniciado y, en esta cuestión, no había ninguna diferencia entre las dos enseñanzas (la esotérica oriental y la occidental).
Obviamente: es consabido que cualquier individuo, dotado con una dosis moderada de perspicacia, si ha estudiado los tres métodos de interpretación cabalística, especialmente el Notarikon, puede hacer lo que quiera con las palabras y las letras hebraicas sin puntos. Sin embargo, las explicaciones que expongo no necesitan ningún Notarikon, sino simplemente un conocimiento de la séptima clave esotérica. Con los puntos Masoréticos se puede transformar el Jehová Tzabaoth astral y hasta el Jehová-Elohim, en el «Uno viviente» y en el Dios más elevado, el «Dios de los dioses», aunque es simplemente uno de los dioses formativos y generativos. Una buena ilustración de la mencionada deshonestidad se encuentra en la traducción de Mather de la «Cábala Develada» por Knorr von Rosenroth. El nos presenta seis ejemplares de las varias interpretaciones, sólo de la primera palabra en el Génesis (B’rashith). Según las reglas de Notarikon, a la frase de apertura: «B’rashith Bara Elohimeth hashamayim v’eth h’aret», o «Al principio Dios hizo el cielo y la tierra», se le puede atribuir cualquier significado; ya que, a la primera palabra, B’rashith, se le obliga emitir seís enseñanzas dogmáticas de la iglesia latina.
El antedicho Cabalista, Salomón Meir Ben Moisés, un converso al Catolicismo Romano en 1665, asumiendo el nombre de Prosper Rugere, nos muestra que logró probar, basándose estrictamente en el Notarikon, que esa palabra (B’rashith) revelaba seis sentidos cristianos, el primero de los cuales fue:
«El sol, el espíritu, el padre, su trinidad, la unidad perfecta». El tercero: «Adorarás a mi primogénito, mi primero, cuyo nombre es Jesús». El quinto: «Escogeré una Virgen digna de dar a luz a Jesús y la llamarás bendita.» El sexto se encuentra en la nota al
pie de la página (19). Los otros dos son repeticiones.
La misma flexibilidad interpretativa y significativa es ubicable en los textos esotéricos de las naciones. Como cada símbolo y glifo tiene siete claves, se deduce que un grupo puede estar usando una clave en un tema y luego acusar a un tercer estudiante, que se vale de otra, de mal interpretarlo todo, intencionalmente.
Sin embargo yo no me comporto así. En cuestiones esotéricas, prefiero buscar una conciliación que disputar sobre los errores cometidos, ya sean reales o imaginarios; porque el verdadero Ocultista y Teósofo debería amar más la Causa y el triunfo de la verdad que algún éxito insignificante sobre los rivales.
Ningún ocultista sincero puede divulgar el significado de todos los «Siete Misterios de la Sabiduría», aunque esté familiarizado con cada uno de ellos, lo cual sería verdaderamente maravilloso; ya que sólo los «Maestros de Sabiduría» conocen profundamente estos «Siete Misterios» en su totalidad y jamás se involucrarían en discusiones polémicas en los periódicos o las revistas. Entonces: ¿de qué sirve, perder el tiempo y la energía, tratando de probar que una cara del diamante resplandece más que su hermana, en vez de unir todas las fuerzas para enfocar la atención del profano en el brillo de la joya misma? Nosotros, estudiantes de la ciencia sagrada, deberíamos ayudamos los unos a los otros, fomentar la búsqueda y beneficiamos de nuestro conocimiento mutuo, en lugar de criticarlo inútilmente para satisfacer el orgullo personal. Este es mi punto de vista; porque, de otra manera, nuestros enemigos, que empezaron por llamamos embusteros, valiéndose sólo de sus ideas preconcebidas, sectarias y materialistas, estarían justificados al reiterar sus acusaciones, basándose en las invectivas recíprocas.
El materialismo está levantando su horrible cabeza más alto que nunca.
«El Conocimiento», uno de los periódicos científicos de Londres, nos da un preludio de lo que aguarda al ocultista. En su reseña sobre «La Cábala Develada», proclama, en términos enfáticos: «las extraordinarias quimeras intelectuales de los comentadores hebraicos sobre sus escrituras.» Bajo el peso de su desdén materialista, el periódico «El Conocimiento», aplasta la idea del «Ensayo sobre la Cábala» del Doctor Ginsburg, según el cual: «el Omnipotente enseñó los misterios del ser a un grupo de ángeles seleccionados, ¡formando una escuela teosófica en el Paraíso!» y termina con un tremendo punto, escarneciendo la admiración entre paréntesis (!) Esto se encuentra en la página 259 del periódico «El Conocimiento», Septiembre 1887. En la página 245, Edward Clodd nos presenta, en lugar de las enseñanzas de los «ángeles Teosóficos», las de los Darwinistas de la escuela de Haeckel. Este campeón anticabalista, al haber sondeado «un vasto campo» en el Kosmos, «cuyos límites se diluyen en lo ilimitado por todos lados», termina sus «quimeras» con esta conclusión desconcertante:
Empezamos con la nebulosa primordial y acabamos con las formas más elevadas de conciencia; es demostrado que la historia de la creación es un archivo ininterrumpido de la evolución del gas, en el genio (!!!)
Esto demuestra cómo nos consideran los científicos modernos y lo mucho que necesitamos todas nuestras fuerzas para circunscribir los ataques de los materialistas. Unas pocas palabras y terminamos. Se me pregunta, repetidamente, que muestre el libro, la página y el verso de donde entresaco la información para la doctrina esotérica del «Septenario.» Esto equivale a decir a una persona que se encuentra en el medio del desierto, que pruebe que el agua está llena de microorganismos, cuando no tiene a su alcance el microscopio. Los que me reclaman estas evidencias saben, mejor que todos, que aparte de los pocos lugares donde los manuscritos secretos son almacenados durante las eras, ninguna doctrina esotérica jamás fue escrita y claramente explicada, si No, desde hace mucho tiempo, hubiera perdido este nombre. Aun en el Occidente existe algo que es la Cábala “no escrita”, como también hay la escrita. Muchas cosas han sido dilucidadas oralmente, como siempre aconteció. Sin embargo, esparcidos en las escrituras exotéricas, se encuentran numerosos indicios y alusiones y la clasificación depende, obviamente, de la escuela que la interpreta y, aun más, de la intuición y concepción personales. La cuestión no es si en los rayos prismáticos hay tres, cinco o siete colores; ya que todos saben que en la naturaleza existe sólo el blanco incoloro. Aunque la ciencia discierne claramente siete rayos prismáticos; así como hay siete notas: aún se oye a grandes científicos que insisten diciendo que son sólo cuatro o cinco, hasta que se descubre que son daltónicos.
NOTAS
(1) Así es. Malkuth es el décimo Sephiroth, pero, en virtud de «Esposa del Microprosopus» o Tetragrammaton, que es séxtuple, Malkuth, o el miembro material, es el séptimo. Es la cuarta letra de IHVH o He, mientras, como mostraremos, el Logos o hijo, es sólo la letra V (Vau).
(2) Véase la revista «Theosophist» de Agosto de 1887, pag. 700 y 705.
(3) Ahora traducida por S. Liddell Macgregor Mathers, Miembro de la Sociedad Teosófica. Véase su «Cábala Develada.»
(4) Es tan antigua y tan fálica que, dejando a un lado la cruz ansata egipcia, podemos decir que los discos de terracota llamados fusaioles que Schliemann encontró profusamente bajo las ruinas de la antigua Troya, tienen, casi todos, estas dos formas:
la Svástica inda y la Cruz, siendo ésta, la Svástica o el «Martillo de Thor», desprovista de sus cuatro ángulos adicionales. No es necesario explicar que los orientalistas, incapaces de transcender el plano material, tienen razón en decir que han descubierto una de las claves secretas (pero sólo de las religiones exotéricas), cuando afirman que el origen de la cruz es el arani y el pramantha, el palo y el vaso perforado que los antiguos Brahmines usaban para prender al fuego. El nombre de Prometeo, que roba el fuego sagrado de la (pro)creación, para entregarlo a la humanidad, tiene su origen innegable en Pramantha. El dios Agni era el fuego celestial sólo mientras que se quedaba oculto en su estuche. Tan pronto como el cisne Matare, el ser Rig Védico aéreo, lo obliga a salir de ahí para el beneficio del Bhrigus que consume, se convierte en el fuego terrenal, el de la procreación y, por ende, fálico.
Según se nos dice, las palabras matha y pramantha tienen el prefijo pra que agrega la idea de robar o sustraer con la fuerza al concepto contenido en la raíz matha del verbo mathami o manthnami: «producir mediante fricción.» Así, (desde un punto de vista) Prometeo, al robar el fuego celestial, para degradarlo en la tierra, no sólo prende la chispa de la vida en el ser de arcilla; sino que le imparte los misterios de la creación, que, desde Kriyasakti, cae en la acción egoísta de la procreación. [Véase el texto arriba.] (5) Su línea vertical contiene cuatro, mientras la horizontal tres. Véase la revista «Theosophist», Abril 1887.
(6) Véase «La Cábala Develada», Introducción pag. 21-22. (Versión Inglesa)
(7) Sephira quiere decir un número. Es Uno y, por lo tanto, singular, mientras Sephiroth es una palabra plural y ambas han transferido sus nombres a nuestras «cifras» y son sólo los mjmeros de las jerarquías creadoras de los Dhyan Chohans. Cuando los Elohim dicen «Hagamos al hombre», deben trabajar del primero al séptimo, cada uno de los cuales dota el ser humano con su característica y principio.
(8) Los judíos no tenían una palabra para designar el cero, de aquí el simbolismo de una cabeza o de un círculo.
(9) El estudiante debe tener presente que Jehová, como nombre, es siempre masculino y femenino o andrógino. Está compuesto por dos palabras. Jah y Hová o «Ja eve». Sólo Jah es masculino y activo.
Entonces, mientras el segundo Sephiroth, Chokhma, la «Sabiduría», es masculino y representa Ab, «Padre»; Binah, la «Inteligencia», es femenina, pasiva y representa Ama, la «Madre», el gran abismo cuyo nombre es «Jehová». Sin embargo, al nombre masculino lo simboliza sólo una letra: Yod, cuyo sentido es enteramente fálico.
(10) Según la tradición, los últimos iniciados en los siete misterios del Microprosopus y del supremo Tett (el número 9 y la letra t.) el misterio de las dos Aima (las dos madres o la primera y la segunda H de la palabra IHVH), eran los tres Rabinos: Schimeón, Abba y Eleazar, los cuales, en los Misterios o Sod, representaban Kether, Chokhma y Binah. (Véase el «Zohar, la Sagrada Asamblea Menor».) Después de su muerte, se perdió el conocimiento de las cinco iniciaciones superiores.
(11) La clave que abre este misterio es la séptima, la cual se relaciona con la séptima trompeta del séptimo ángel, después de cuyo sonido telúrico, San Juan ve la mujer y la «Guerra en el Cielo.» (Véase el «Apocalipsis», cap. XI versículo 15 y cap. XII y traten de comprender.)
La alegoría de la «Guerra en el Cielo» tiene otros seis sentidos, sin embargo, éste se encuentra en el plano más material y explica el principio septenario. La «mujer», siendo el universo, es coronada por 12 estrellas y revestida por el sol y la luna (dos veces siete). El Dragón tiene siete cabezas, siete coronas y diez cuernos, otro simbolismo oculto y es uno de los siete Logoi. Quizá, los que han reparado en el extraño comportamiento de Narada, puedan entender la analogía. En realidad, es un Prajapat y un gran Rishi Védico que, sin embargo, está constantemente interfiriendo con la procreación fisica humana. Induce, por dos veces, a los millares de hijos de Daksha a quedarse célibes y Yoguis, por eso se le condena a encarnarse, a nacer en un útero.
Aquellos que saben algo sobre los números y los ciclos, entenderán mejor el sentido de esta alegoría.
(12) Libro del Misterio Oculto, V. 27.
(13) He consultado nuestro hermano Liddel Macgregor Mathers por si algún Cabalista justifica la idea que Shekinah es «un poder andrógino». El dijo que no: «es asexual y es la presencia divina.» (Véase su obra sobre la Cábala, pag. 55, la nota entre los versos 32 y 33.)
(14) Ni siquiera Shekinah es un Sephiroth; ya que procede y está latente en el décimo, Malkuth y es destruida con éste. (Véase pag. 22, «El Libro del Misterio Oculto»). Quizá el error surgió por ser Adonai y el Querubín angélico, el nombre divino de Shekinah. Sin embargo, ningún Cabalista divulgará en la prensa la clave de esto.
(15) Véase las estampas del relato babilonio de la creación (por G. Smith, «El Relato Caldeo del Génesis») del Arbol Sagrado, con una figura en ambos lados y una serpiente en el trasfondo. Esta estampa se entresacó de un cilindro babilónico anterior y representa dicho árbol con sus siete ramas.
(16) O Vau, cuyo número es seis y cuyo simbolismo es un gancho o un garfio, fálico. (17) Es cierto que es el sello del Macrocosmos; pero se convierte en el del
Microcosmos cuando se inscribe en éste la estrella con cinco puntas, la cual es, en realidad, el signo adecuado del Macroprosopo. Es el Shatkon Chakra (la rueda de Vishnu) y el Panchakon (Pentagrama).
Llamamos a la estrella con seis puntas el sello del Macroprosopo sólo cuando el hexagrama está inscrito en un círculo y no de otra forma. Sin embargo, esto no afecta a la cuestión. La Cábala de Knorr Von Rosenroth está plagada de errores y otras versiones aun más, especialmente las traducciones latinas, hechas por cristianos propensos a sacar, consciente o inconscientemente, un sentido profético y cristiano del Zohar.
(18) Acerca de Malkuth, el «Sephira Dzenioutha» dice: «Shekinah (o presencia real), que está abajo de éste, es un Sendero hacia el reino, es decir, Malkuth, la décima y última Sephira.» (I., c. 32)
(19) En el Notarikon: «Cada letra de una palabra se considera como la inicial o la abreviación de otra, así que, desde las letras de una palabra, se puede formar una frase.» Por lo tanto, usando las letras de esta palabra B’rashith» también yo podría construir, fácilmente, la siguiente frase: «¡Cuidado ! Pronto en Teosofia surgirán contiendas» y luego ofrecerla como una revelación y una advertencia divina, tomando como mi autoridad el «Libro de Dios.» Tal interpretación será tan verdadera y más explícita que la sexta versión de Prosper Rugere: ya que tradujo B’rashith como: «Beaugoh ratzephim Asattar Shegopi Jeshuah Thakelo» cuyo significado en castellano es «Yo (Dios), me esconderé en la hostia porque ustedes comerán a Jesús, mi cuerpo». Así, otro judío se ha convertido al Catolicismo Romano.
www.upasika.com