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Naomi Hasson, responsable del proyecto Getxo Zurekin, es una mujer inspiradora. De profesión enfermera, lleva 21 años viviendo en Euskadi. Inquieta, solidaria y con grandes dotes comunicativas, esta irlandesa de mirada viva nos explica en un perfecto castellano, las razones que le han llevado a impulsar el proyecto «Activa tu Comunidad» iniciativa surgida en Madrid de mano de su creadora, Rosa Jiménez.
Quiero comenzar la entrevista felicitándote. Getxo Zurekin está dando grandes pasos y así lo demuestra la presentación que acabáis de realizar.
El proyecto es fruto de la solidaridad. Getxo Zurekin tiene muchas iniciativas que intentan cubrir carencias que van surgiendo en el municipio.
¿Cómo y cuándo surge la iniciativa?
En 2019 realizamos el curso de cuidados paliativos para personas que están cuidando a sus familiares en casa. Normalmente son mujeres, aunque también hay hombres. Me quedé muy impactada con sus vivencias, con lo solas que se sentían, así como invisibles e ignoradas, sus historias me llegaron al alma.
Ahora hemos formado un grupo y yo las llamo las “Superheroínas”; sin la entrega de estas personas muchos casos de atención dependiente serían insostenibles.
En estos cursos nos dimos cuenta de otra situación: una de las mujeres decía «he cuidado de mis padres, de mi marido, y ahora, ¿quién cuida de mí?» ver que existe esta necesidad hizo que empezáramos a investigar las posibles soluciones.
¿Cuál es el objetivo de Getxo Zurekin?
Getxo Zurekin, con el proyecto «Comunidad Compasiva» busca acompañar a las personas que se encuentran en situación de dependencia, enfermedad avanzada, cuidados paliativos, muerte y/o duelo.
Llevamos 4 años trabajando y hemos hecho el mapeo de las asociaciones locales. Estamos haciendo un proyecto de escucha en la comunidad de Getxo, mediante conversaciones individuales, talleres, charlas… para saber qué es lo que está ocurriendo aquí y saber qué es lo que necesitamos.
Este proyecto en concreto lo hemos puesto en marcha con un enfoque de co-creación con la comunidad de Getxo donde participamos alrededor de 40 personas: asociaciones, personas individuales, enfermeras y médicos, de empresa… perfiles muy distintos, con el acompañamiento de Agirre Lehendakari Center, expertos en innovación social.
Todo el mundo está viendo que desde la sociedad nos tenemos que activar y ayudarnos entre nosotros.
Foto: Grupo de trabajo de «Getxo Zurekin»
Esto se une con la filosofía de las Ciudades Compasivas
Así es. Alan Kellehear y Julian Abel, padres del movimiento de los comunidades compasivas, dicen que el cuidado es tarea de todos. Por ejemplo, las personas que están en situación de enfermedad avanzada, ven a los médicos sólo el 5% del tiempo ¿y qué ocurre el resto del tiempo? ¡Muchos están solos! Por lo tanto, ¿qué podemos hacer como sociedad para acompañar a estas personas durante el 95% del tiempo restante?
Como comunidades compasivas debemos observar qué es lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y ver cómo cuidar y acompañar al otro.
¿Cómo crees que podría funcionar en Euskadi?
Algo que caracteriza a los vascos es la solidaridad y el acogimiento. La familia es o ha sido un pilar muy importante en Euskadi, pero está yendo a menos, porque son cada vez más pequeñas, los hijos se marchan, o los hijos se mueren antes que los padres, y entonces ¿cómo nos cuidamos?
En Euskadi, el tipo de vivienda nos beneficia porque vivimos en bloques. Tomando este punto como referencia, me encontré con el proyecto de «La Escalera» de Rosa Jiménez, y pensé que era una maravilla, es un proyecto muy completo. Nosotros nos hemos sentido inspirados por el proyecto que lleva más de 5 años en marcha en Madrid.
Es un proyecto de innovación social que además funciona como antena social.
Foto: Rosa Jiménez, Fundadora del proyecto «La Escalera»
Para dar visibilidad a la iniciativa habéis publicado un vídeo con una historia muy emotiva
En nuestro vídeo hemos tratado la historia de Maru e Iñaki, sus nombres son ficticios, pero su historia es real. Conocimos a Maru en una formación para mujeres cuidadoras y su historia nos impactó. Se trata de una persona mayor que tienen que cuidar de su esposo dependiente.
En la mayoría de los casos son mujeres cuidadoras, que tienen que hacer frente a situaciones muy duras, como tener que lavar a su pareja a las 4 de la mañana, casi sin fuerzas y sintiendo que están muy solas. Pero, además, lo triste es que están solas, pero a la vez, rodeadas de vecinas y vecinos que podrían ayudar en momentos puntuales.
La historia que cuentas es una realidad que cada vez ocurre más…
Desde hace unos años se escuchan historias cada vez más terribles. Por esa razón, queremos desde la comunidad, acompañar en el sufrimiento evitable, con pequeños gestos. A través de Maru e Iñaki empezamos a pensar cómo hacer este trabajo.
Una vez hecha la presentación, ¿Cuál ha sido la respuesta obtenida?
Ayer me llamaron 4 personas individuales interesadas en la iniciativa. Normalmente, son personas que no tenían claro si llamar o no la puerta de sus vecinos y esto les ha ayudado a dar el paso. Ese primer acercamiento es el más difícil, pero la respuesta puede ser fabulosa e increíble.
Sólo con el buzoneo, la ciudadanía se activa. Cuando recibas el folleto, párate y piensa. Todos pasaremos por esta situación. ¿qué es lo que yo puedo hacer? Si conseguimos abrir la mirada, ya es un éxito. Y si de ahí conseguimos que la gente lo ponga en marcha y conseguir un efecto contagio, sería excepcional.
Lo que intentamos es que la gente se adhiera de manera natural y que lo pongan en marcha en su propio portal, que se sientan empoderados.
Foto: Naomi Hasson, en la presentación de «Getxo Zurekin»
¿Este movimiento es sólo para personas mayores?
Hay mucha gente que lo piensa, pero no es así. Fíjate, hay un montón de personas mayores que están cuidando de sus hijos; personas jóvenes que están atravesando un momento de enfermedad avanzada, que se encuentran en una situación límite… En realidad, esta iniciativa está pensada para personas de todas las edades.
Cicely Saunder, madre del los cuidados paliativos decía “Tú importas porque eres tú”. Esto se aplica a todas las edades.
Con esta iniciativa el beneficio es mutuo y además es contagioso.
Yo no dispongo de mucho tiempo, ¿Cómo podría ayudar?
Todo el mundo piensa que no tiene tiempo y que no puede hacer voluntariado. Pero en este caso, se trata de pequeños gestos, acordarte de ese vecino que se encuentra solo o sola.
Cada portal trabaja de una manera distinta. Algunos ponen su número de teléfono en un cartelito, otros se organizan haciendo un zoom, también hay grupos de WhatsApp. Lo importante es ayudar y sabe qué hacer si detectan una situación de riesgo.
Cuando ayudamos, nosotros también nos sentimos bien.
También ofrecéis asesoramiento, ¿en qué consiste y cómo lo hacéis?
Yo me encargo de dar el asesoramiento; por ahora es por teléfono y correo electrónico. A mí me gusta hablar y luego vamos poco a poco encajando las características de su portal, su experiencia…
¿Cómo ha sido la colaboración con la escritora Karmele Jaio?
A karmele le ha gustado mucho el proyecto. Para nosotras es muy importante que una persona prestigiosa participe y nos ayude. Vamos a hacer de las casas pequeñas, una casa grande.
Naomi, ¿te gustaría añadir algo más?
Me gustaría terminar la entrevista citando a Eduardo Galiano “Personas pequeñas, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.
Foto: Naomi Hasson, Responsable del Proyecto «Getxo Zurekin»